Rodeado de ángeles
o de humanos proscriptos
a una lista de espera,
me inquietaron tus alas azules
peregrinando al ocaso...
Te sigo hasta tu sombra manceba,
transparente,
difuso,
perpetuo,
me quedo
en la penumbra de tu olor a mar…
Desde tu vestido,
observamos
blancas lunas,
amarillos soles,
dorados crepúsculos,
y hasta desvelamos
amaneceres de pie...
De a poco,
gota a gota,
entre en tu tersa piel ,
en tus frágiles huesos,
en tus tímidos músculos,
en la arteria salvaje del frenesí,
y hasta en la cúpula de tu lágrima...
Ahora,
debes en cuando me sonríes.
Me prestas del cielo
estrellas para unir cuerpos celestes
y una nube para que descanse en tus pestañas...
Me regalas
el orgasmo de tu sentidos,
y el gemido
furioso de la entrega total...
A tu lado,
o a tus pies,
o en tus adentros...
Soy un abanico de cristal
abriendo caminos
para un único destino...
1 comentario:
Pero realmente al final se toma un camino? o todo es circunstancial? o producto de una "causa-lidad"?
Sinembargo ellos( ) siempre estan ahi...
Saludos
Fel.
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